Gisele Ferreyroa
“Nuestro régimen universitario –aun el más reciente- es
anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino
del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere.
Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria
de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va
la vida.” (Proclama de la Reforma Universitaria , Córdoba, 1918).
A partir de esta proclama comienza a discutirse la necesidad
de tareas de extensión en la
Universidad , incorporándose finalmente al Estatuto
Universitario: “La
Universidad , además de su tarea específica de centro de
estudios y de enseñanza superior procura difundir los beneficios de su acción
cultural y social directa, mediante la extensión universitaria.” (Estatuto
Universitario. Base V)
Desde hace ya varios años muchos docentes y graduados, junto
a estudiantes de la FCEN ,
trabajamos para mostrar día a día que otro tipo de ciencia y trabajo de
extensión es posible. Entendemos que
nuestra tarea debe partir de la práctica, poniendo nuestros conocimientos para
la resolución de las necesidades concretas del pueblo, trabajando en conjunto
en un camino de lucha por una solución de fondo. Al mismo tiempo vamos dando el
debate sobre nuestra práctica científica de todos los días. Ejemplos de esto
son el trabajo que realizamos junto a muchos otros compañeros de distintas
carreras y disciplinas de la Facultad en el grupo de
extensión Taller de Aguas y en el grupo Viaje al Chaco, junto a organizaciones
del conurbano bonaerense, organizaciones de campesinos pobres y de pueblos
originarios de Chaco.
Sin embargo, actualmente en la FCEN , así como en la Universidad , muchos de
los contenidos que se enseñan en las materias y también la práctica científica,
se enmarcan en un punto de vista particular sobre la ciencia. Este punto de
vista se basa en una carrera científica que es evaluada principalmente por las
publicaciones que se realizan en revistas prestigiosas, de nivel internacional,
en general alejadas de lo que puede representar una investigación relevante
para resolver necesidades de nuestro pueblo. Por otra parte, la visión
hegemónica de la extensión, actualmente
impulsa con mayor prioridad la gestación de empresas y la divulgación,
como si ese fuera el único tipo de vínculo que se puede generar. En este marco,
la figura que se le da a la “extensión universitaria” es la de una Universidad
que se extiende hacia fuera, hacia el pueblo, haciéndoles conocer lo que en la FCEN se investiga (lo que
suele entenderse como divulgación) o asistiéndolos para resolver un problema
particular, pero sin dar una solución de fondo a partir de un análisis y/o
desarrollo científico-tecnológico.
Pero no debemos ser sordos ni ciegos. Son muchísimos los
pueblos y barrios que necesitan de científicos que trabajen sobre la
problemática ambiental, que desarrollen filtros para poder tomar agua pura, que
se estudie y de una solución a la problemática de la basura, que se desarrollen
vacunas y se atiendan las enfermedades endémicas como el Chagas, que se
desarrolle una agricultura sustentable y finalmente la tierra sea de quien la
trabaja. Toda la sociedad, con sus diversos sectores y actores, demanda que las
universidades entren en conversación y sintonía con sus pueblos y que les
lleguen más directamente no sólo con nuevos profesionales, sino que éstos sean,
ante todo, verdaderos ciudadanos con ciertas destrezas y competencias; que se
ofrezcan propuestas, proyectos y programas para sacar adelante a los países y
que el trinomio Estado-Sociedad-Universidad realice una verdadera discusión y
trabajo entre pares (...)[González, 2001, 2004; Tünnermann, 2003].
A continuación, entrevistamos a Alcira Trinelli, integrante
de agrupación independiente de graduados, docente y doctora de la Facultad , en relación a
su experiencia en proyectos de extensión en la FCEN :
Comencé a trabajar en el Taller de Aguas a principios del
año 2006 y una vez andando en el camino de la extensión entendí la importancia
de aplicar directamente lo que yo sabía para solucionar un problema concreto de
una población marginada.
¿Qué rol le das a la extensión en la universidad, por qué
creés que es importante?
La extensión tiene que ser volcar la universidad hacia el
país completo, llegando a quienes no tienen acceso y comprendiendo sus
problemas concretos, dar soluciones a problemas nacionales y populares. Creo
que es fundamental para contribuir al crecimiento como país que atendamos desde
acá las cuestiones de todos.
¿Cómo se relaciona esto con los contenidos de las materias
que estudiamos y con el trabajo científico que hacés día a día?
Es difícil encontrar materias que incluyan prácticas de
extensión, a nosotros como docentes en los concursos nos hacen rendir prácticas
que se publican en el Journal of Chemical Education, es decir, una revista
hecha por y para Estados Unidos. En mi trabajo del día a día he tratado de irme
acercando cada vez más a temáticas que sirvan a la gente. Igual sigo lejos...
¿Qué cambiarías de la extensión que promueve hoy la Facultad ?
Valoro que la
Facultad tenga sus propios subsidios de extensión y sé que se
ha avanzado en estos últimos años en la construcción de esta tarea pero me
gustaría que los grupos de extensión con trayectoria tuvieran espacio propio y
no tengan que ¨esconder¨ sus materiales en espacios de otros, y que la
dedicación docente contemplara las tareas de extensión para que no tuviéramos que
ver perjudicado nuestro rendimiento en investigación o nuestro tiempo libre y
familiar para dedicarnos un poco a esto. También me gustaría que la valoración
en los concursos diferenciara tareas de dirección de proyectos de extensión de
charlas de divulgación por ejemplo ya que considero que son niveles de
responsabilidad y capacidad diferentes. De esta manera contribuiríamos al
crecimiento de la extensión, sino nadie se arriesga a dedicarse a esto porque
no rinde para avanzar en la carrera científica. En cuanto a las convocatorias
de proyectos veo tres puntos a mejorar: por un lado estaría bueno que los
evaluadores de proyectos de extensión tengan probada experiencia en la materia.
Como cuando te presentás a cualquier concurso docente o cuando te evalúan un
proyecto de investigación, el que te evalúa tiene más del doble de experiencia
que vos, así tendría que ser un evaluador de extensión con respecto al proyecto
que está evaluando. Por otro lado me parece que estamos encarando mal la
formulación de proyectos en general. El pueblo debe ser convocado a mostrar sus
necesidades y después eso tendría que ser tomado por los grupos de extensión en
las universidades, y no al revés. De la manera en que lo hacemos ahora somos
los investigadores los que intentamos leer la realidad para detectar dónde se
necesita nuestro trabajo, pero nos cuesta llegar a los destinatarios porque
pertenecemos a otras clases sociales y vivimos en general desconectados.
Tampoco tenemos el conocimiento de un sociólogo, psicólogo, etc para relacionarnos
con la gente de una manera más efectiva. Por eso yo lo haría al revés, abriría
las convocatorias al pueblo como preguntando - ¿en qué podemos ayudar? Y luego
preguntar hacia adentro de la facultad -¿quién puede responder a esto?
Finalmente creo que aparte de los proyectos de promoción, divulgación, de
servicios que terminan siendo de espíritu caritativo y paternalista, se deben
impulsar aquellos que reflejen la esencia de la extensión según fue concebida
hace casi 100 años: dirigirla a los sectores más marginados, que acompañen un
proceso comunitario solucionando un problema concreto, que lo asuma toda la
comunidad universitaria desde alumnos hasta profesores.
¿Conocés ejemplos de otros países?
Bueno, en latinoamerica el concepto de extensión universitaria
nace en Argentina con la reforma de Córdoba de 1918, por eso nosotros
deberíamos ser el ejemplo! Yo creo que lo somos en varias temáticas. En
Paraguay tienen un programa que está bueno para el último año de medicina para
residencia en áreas rurales, también de huertas orgánicas familiares,
fortalecimiento de la mujer en la participación ciudadana, producción de
películas en zonas marginales.