18 jul 2013

Editorial

En estos tiempos en que nada parece quedarse detenido, en que las aguas de todo el mundo se agitan por la crisis y brotan nuevos afluentes a la lucha popular, en que los distintos sectores de las clases dominantes buscan reacomodarse en nuevas posiciones de poder y privilegios, mientras el pueblo sigue enfrentando viejas y nuevas miserias, en la FCEN tampoco nos quedamos quietos. Porque somos muchos los que queremos sumar voces y no aceptamos la imposición de un pensamiento único en Ciencia y Tecnología, como quedó demostrado frente al rechazo de las autoridades al dictado del curso “Aspectos sociales e Investigación-Acción en Ciencia y Tecnología”. Porque somos muchos los que queremos expresar un análisis crítico del sistema científico actual y nuestra actividad cotidiana como investigadores y docentes, con una perspectiva que no es la hegemónica en la FCEN.

En este marco, y como parte de los debates que vienen atravesando la Facultad y el sistema científico en general, publicamos este boletín. Para discutir los temas que nos interesan a una gran cantidad de docentes, graduados, investigadores y becarios que buscamos expresar un punto de vista diferente, que vemos necesaria una actividad científica-tecnológica en el marco de un proyecto de desarrollo independiente del país.

17 jul 2013

Los puntos de vista que no dejan expresarse en la FCEN

Las autoridades de la Facultad definieron en el Consejo Directivo “No hacer lugar a la propuesta del curso Aspectos sociales e Investigación-Acción en Ciencia y Tecnología: un enfoque transdisciplinario, como curso de postgrado de la FCEN”. A pesar de que en menos de cinco días más de 650 estudiantes, docentes y graduados firmaron apoyando el dictado del curso, más de 80 estudiantes se preinscribieron al curso y muchos estudiantes y docentes se movilizaron al Consejo Directivo, el curso fue rechazado con los 11 votos de los consejeros de las autoridades (8 de la lista única de profesores ADU + 3 de la mayoría de graduados Sumatoria). 


El curso planteado expresa un análisis crítico del sistema científico y nuestro quehacer diario como investigadores y docentes,  con una perspectiva que no es la que predomina en la FCEN. Aborda temáticas que van desde la conformación histórica de las Ciencias Modernas hasta polémicas actuales, tomando las problemáticas en torno al monocultivo de soja y la megaminería como casos testigos.

Algunas reflexiones para saber qué pasa en los concursos

Sol Pedre (Consejera Directiva por la Minoría de Graduados)

El sistema de concursos determina el ingreso, la permanencia y la promoción de los más de 1500 docentes-investigadores de la FCEN.

En este sistema, los docentes auxiliares debemos concursar cada 3 años arrancando de cero cada vez: en el caso que otro postulante obtenga un puntaje más alto en  antecedentes o en la prueba de oposición el docente que venía ocupando el cargo puede perderlo, al margen del buen desempeño que haya tenido mientras ejerció el cargo o la cantidad de años que haya desempeñado sus tareas docentes. Tanto es así que los docentes auxiliares ni siquiera contamos con el derecho a indemnización [*1]. Al mismo tiempo, al no existir una política de generar nuevos cargos para jóvenes docentes e investigadores, la propuesta de las autoridades de la FCEN para que los jóvenes podamos ingresar al sistema es una feroz competencia entre compañeros, una suerte de “canibalismo”, donde el ingreso se da a partir de sacarle el cargo a otro compañero docente-investigador.

Esta situación se agrava dado que los docentes auxiliares tenemos muy poca ingerencia en cómo se deciden los jurados y en qué criterios se utilizan para las evaluaciones. Estos temas, así como la aprobación o impugnación de los dictámenes, se discuten y resuelven  en el Consejo Directivo, donde los docentes auxiliares estamos representados dentro del claustro de graduados -que tiene sólo 4 sobre 16 votos- mientras que los profesores cuentan con 8 de los 16 votos. Por otro lado, tampoco tenemos participación directa en los concursos, salvo a través de la función de veedores que tienen voz pero no voto en las decisiones.

Extensión: Por una ciencia de cara a las necesidades del pueblo

Gisele Ferreyroa

“Nuestro régimen universitario –aun el más reciente- es anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un alejamiento olímpico. La Federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida.” (Proclama de la Reforma Universitaria, Córdoba, 1918).

A partir de esta proclama comienza a discutirse la necesidad de tareas de extensión en la Universidad, incorporándose finalmente al Estatuto Universitario: La Universidad, además de su tarea específica de centro de estudios y de enseñanza superior procura difundir los beneficios de su acción cultural y social directa, mediante la extensión universitaria.” (Estatuto Universitario. Base V)

Desde hace ya varios años muchos docentes y graduados, junto a estudiantes de la FCEN, trabajamos para mostrar día a día que otro tipo de ciencia y trabajo de extensión es posible.  Entendemos que nuestra tarea debe partir de la práctica, poniendo nuestros conocimientos para la resolución de las necesidades concretas del pueblo, trabajando en conjunto en un camino de lucha por una solución de fondo. Al mismo tiempo vamos dando el debate sobre nuestra práctica científica de todos los días. Ejemplos de esto son el trabajo que realizamos junto a muchos otros compañeros de distintas carreras  y disciplinas de la Facultad en el grupo de extensión Taller de Aguas y en el grupo Viaje al Chaco, junto a organizaciones del conurbano bonaerense, organizaciones de campesinos pobres y de pueblos originarios de Chaco.

En el Consejo Directivo

Durante este último período, los docentes, graduados y becarios pusimos en debate una cantidad de temas en el Consejo Directivo. Estos debates y proyectos fueron impulsados o apoyados en el Consejo Directivo por la Minoría de Graduados (Graduados al Frente) y por la AGD-FCEN. 

¿Cómo se toman las decisiones en los Departamentos?

Francisco Gómez-F y Javier Caccavelli

La mayoría de las decisiones en la FCEN se resuelven en el Consejo Directivo o en el decanato. Pero hay una cantidad de cuestiones no menos importantes de cada Departamento que se resuelven cotidianamente en los CoDeps: asignación de docentes, recursos, propuesta de jurados de concursos auxiliares, llamados a concursos regulares, entre otros. Tal es así, que muchas veces estas decisiones pueden interferir más directamente a quienes investigamos y damos clases en la Facultad.

Megaminería: ¿y por casa, cómo andamos?





En 1993 se sancionó la ley menemista de Inversiones Mineras (Ley 24.196) que impulsa la instalación de empresas mineras en la Argentina. Esta ley fue modificada en los sucesivos gobiernos y con el gobierno kirchnerista se ha profundizado esta política. Desde entonces, y aún hoy, los pueblos enfrentan el saqueo, la contaminación y la extranjerización de la tierra.

Una historia de lucha


Los años de lucha de los distintos pueblos afectados (Andalgalá, Famatina, Esquel, Belén, Chilecito, Tinogasta, recientemente Traslasierra-Córdoba, y más) lograron que algunos de estos emprendimientos no se instalaran y otros frenaran su producción. Organizándose en asambleas donde no sólo se discuten las consecuencias socio-ambientales de la minería a cielo abierto, sino donde también se toman medidas concretas como movilizaciones, cortes de ruta permanentes, organización conjunta con otros pueblos. La falta de respuesta a estos reclamos por parte de los gobiernos provinciales y del Gobieno Nacional provocó puebladas (como en Famatina, Andalgalá y Tinogasta), que han sido violentamente reprimidas. Con la sanción de la Ley Antiterrorista, impulsada por el kirchnerismo a fines de 2011, las represiones son el modus operandi cada vez más recurrente ante los reclamos del pueblo: el último 11 de mayo las fuerzas policiales reprimieron terriblemente en Famatina, una de las vecinas denunció “Tenemos que dejarnos pisar las cabezas o nos masacran a palos.(...) Esto pasa porque lo que no pueden meter por las buenas, lo quieren hacer por las malas.” Hace unos pocos días, el pueblo de Famatina triunfó: el gobernador Beder Herrera tuvo que firmar el decreto 874 que rescinde el contrato entre la provincia y la Osisko Mining Company. “Estamos muy felices -dice Carina Díaz Moreno, una de las dirigentes de la asamblea popular de Famatina-. De todos modos, somos desconfiados de este gobierno y seguiremos manteniendo el corte en el Alto Carrizal, donde empieza el camino que lleva al cordón montañoso del Famatina”.

Con los pies en la tierra y ojos en el espacio

Una mirada sobre el Plan Espacial Nacional

Martín Maas

La actividad espacial requiere de cohetes lanzadores y sensores infrarrojos, considerados tecnología militar, cuyo desarrollo le genera “preocupaciones” a EEUU, Inglaterra u otras potencias y las presiones no tardan en llegar [1].

Pero un Plan Espacial ofrece muchas más posibilidades y desafíos que el desarrollo de estas tecnologías como un objetivo en sí mismo. El aprovechamiento de la información espacial, un tema que normalmente no recibe atención mediática o en el debate sobre CyT, permitiría, por ejemplo, monitorear recursos naturales como los del mar argentino en coordinación con organismos como el INIDEP; aportar a numerosos problemas en ecología como la desertización, los derrames de petróleo y el monitoreo de bosques; apoyar a YPF mediante la elaboración de mapas digitales de elevación del terreno, a la navegación, a combatir la evasión impositiva en el campo, a los estudios antárticos, a los riesgos de salud regionales como el dengue, y tantas otras. Finalmente, elaborar información crucial para la predicción del clima así como el riesgo de sequías e inundaciones.

Las Mujeres en la Universidad

En este último tiempo las mujeres venimos dando grandes pasos en nuestra organización, tras protagonizar importantes luchas y conquistas sobre nuestras reivindicaciones específicas.