La
situación presupuestaria desde hace unos años presenta la misma
dinámica: la inflación viene marcando el ritmo y se come parte del
presupuesto año a año. Así, a fines de año pasado y en medio de
una situación económica e inflacionaria que ya se vislumbraba cada
vez más grande, el gobierno aprobó el presupuesto nacional fijando
un 73,1% más que
2013 para el pago de la deuda externa y sólo aumentó en un 11,4% en
Educación, 18,1% en CyT y 10,9% en Salud [1],
ver Figura 1.
Al
comenzar el año, con los presupuestos ya fijados, el gobierno
dictaminó la devaluación y la inflación se disparó. El propio
ministro de Economía Kicillof tuvo que reconocer que la inflación
del mes de enero había sido del 3,7%, y ahora la del mes de febrero
de 3,4%. Lo que no dijo, pero ya todos manejan, es que con esos
números puede proyectarse una inflación superior al 50% anual.
Inmediatamente después, en
medio de la crisis energética, anunciaban una indemnización de
5.000 millones de dólares a Repsol, convirtiendo casi en indignos
los montos absolutos destinados en 2014 a Educación, CyT y Salud
[1],
ver Figura 2.
En esta situación económica -devaluación mediante- no son sólo
los salarios los que se ven afectados, sino también el presupuesto
en general y los subsidios en particular. En nuestros lugares de
trabajo los subsidios de investigación se han depreciado
enormemente, dificultando el desarrollo de las investigaciones, la
adquisición de insumos y equipamiento, mucho más cuando la gran
mayoría de estos insumos son necesariamente importados. En algunos
grupos de trabajo en la FCEN, la problemática sobre los subsidios ha
llegado a tal punto que los investigadores han empezado a manifestar
esta preocupación. El mes pasado, tomó conocimiento público en las
listas de mails una carta en la cual un grupo de investigadores del
CONICET hacían este planteo al Ministro de CyT, ver Figura 3.

Cuando
en marzo del año pasado se reabrió la paritaria salarial para los
docentes universitarios, el gobierno, junto a los gremios
burocráticos afines, logró imponer un aumento del 29% en cuotas no
acumulativas y por 16 meses. Así, intentó hacer pasar un balance de
que respondía al reclamo de los docentes en todo el país que
solicitaban el 30% de aumento en el marco de la inflación que se
proyectaba para 2013. Sin embargo, la imposición de esta paritaria
por parte del gobierno esconde numerosos “artilugios” que es
necesario desentrañar.
- Las cuotas no acumulativas: esto quiere decir que el salario mensual va aumentando paulatinamente en cuotas y que únicamente cuando se alcanza el plazo final fijado en la paritaria se obtiene un aumento del porcentaje estipulado en el salario de ese mes. De esta manera, si consideramos el salario anual recibido efectivamente, o sea, si sumamos lo que efectivamente recibimos de sueldo cada mes del año, o como se dice a veces, si “anualizamos el aumento”, el porcentaje de aumento resulta considerablemente menor.
- Por 16 meses: generalmente los acuerdos de paritarias suelen hacer por 1 años, 12 meses. Incluso en el último período debido a la creciente inflación, se hacía más fuerte el reclamo de paritarias por 6 meses, para poder volver a discutir a mitad de año en función de cuánto hubiera crecido la inflación. En la última paritaria el gobierno impuso los 16 meses. Esto quiere decir que se fijaron las diversas cuotas de aumento en Marzo de 2013 por 16 meses hasta Julio 2014. Un congelamiento en los hechos del salario por prácticamente 1 año y medio.
- 29% de aumento: si bien el gobierno impuso este 29%, el mismo fue en 4 cuotas no acumulativas. 16% en Marzo 2013, 2% en Junio 2013, 4% en Noviembre 2013 y 7% en Marzo 2014. Si sumamos estas cuotas fijas no acumulativas y las distribuimos a lo largo del período de los 16 meses, la suma da alrededor del 21%. Vale decir, el 29% en 4 cuotas fijas no acumulativas a los largo de 16 meses representa exactamente un 21% de aumento.
Por
último, es importante detenernos en la cuestión del salario para
este año. La imposición de la paritaria de 2013, en cuotas fijas no
acumulativas por 16 meses, al comenzar a correr el año 2014
demuestra en la práctica su
carácter, el congelamiento del salario de los docentes
universitarios hasta Julio de 2014. La última cuota del 7% recibida
el mes pasado es el último aumento hasta el mes de julio, ver Figura
5. Así, la intención del
gobierno es no discutir la situación salarial de los docentes hasta
mitad de año, en un contexto inflacionario con una proyección del
50% anual.
En
este marco, es
fundamental conquistar la inmediata reapertura de la paritaria
impuesta por 16 meses hasta julio, para poder discutir la
recomposición del salario y los presupuestos que ya están muy por
detrás de la situación económica.
Las consecuencias de esta
situación también se reflejan cotidianamente en nuestra actividad.
Desde el año 2010 en adelante, las convocatorias del CONICET a becas
PosDoc e ingreso a carrera de investigador (CIC) se manifiestan como
el “cuello de botella” del propio sistema. La última
convocatoria 2013 a becas PosDoc en todas las áreas del conocimiento
arroja un resultado de 835 presentaciones aprobadas y 477 rechazadas
[2], al mismo tiempo que el ingreso a carrera de investigador (CIC)
reflejó un total de 571 aprobados y 752 rechazados. Y estos números
se repiten en las
convocatorias anteriores. Son
miles de jóvenes científicos y doctores que han quedado fuera del
sistema en el último período debido a esta situación estructural y
de falta
de planificación del sistema de CyT en función de un desarrollo
integral y autónomo del país, ver Figura 6.
La iniciativa del gobierno de inserción de los doctores en el sistema productivo para intentar contrarrestar esta situación ha mostrado sus marcados límites. Mientras miles somos expulsados año a año del sistema sin poder continuar la carrera científica que iniciamos, los “casos de éxito” del programa +Valor.Doc impulsado por el gobierno, desde su creación hasta aquí, no llegan a diez [3].